Ejercer esa Coparentalidad que tanto defendemos en Mediación Familiar, es muy sencillo, basta con querer seguir siendo responsables, disfrutando de nuestros hijos e hijas, y dándoles la oportunidad de seguir teniendo un padre y una madre, no una madre y un visitador ocasional.
En Mediación Familiar tenemos claro que cada familia es un mundo, y por ello cada una necesita una propuesta diferente, no una solución "estándar", como suele hacerse en los juzgados. Restableciendo la comunicación, y en un clima de confianza, las partes debaten cual es la mejor solución.
A pesar de que la sociedad ha cambiado y los padres cada vez se implican aún más en la vida familiar, pasando de "mantenedores" a "padres reales", muchos de ellos vuelven a la casilla de salida una vez que se termina la relación; es decir, vuelven a ser simples mantenedores económicos de sus hijos e hijas, a quienes visitan algunos días al mes. Y aquí lanzo yo mi pregunta ¿porqué un padre cariñoso, atento, preocupado.. deja de serlo al romper con su pareja?¿quién decide que ya no es un buen padre y por tanto no merece estar cerca de sus hijos e hijas?, y lo que es peor ¿quién decide que un hijo o una hija ya no tiene derecho a tener un padre?
imprescindibles por igual.