Indudablemente la palabra "COPARENTALIDAD" resulta extraña. Hasta ahora se ha hablado siempre de maternidad y paternidad, como si el papel del padre y de la madre fueran ajenos y diferentes, pero no es así, la labor de mamá y papá debe ser complementaria y conjunta. Ni una es mejor ni el otro peor, al contrario, ambas partes son TOTALMENTE IMPRESCINDIBLES.
La idea de la COPARENTALIDAD surge con la intención de que padres y madres tomen conciencia del deber que tienen hacia sus hijos e hijas. ¿Cuantas veces hemos visto a la hora de una separación como una de las partes de la pareja se aleja de sus hijas e hijos? ¿Realmente es necesaria esta separación? Solemos ver con tristeza lo que sufre la persona "abandonada": "pobre, le han echado de su casa y encima se queda sin sus hijos/as".
Que vivamos o no con nuestras hijas/os no quiere decir que no nos preocupemos por su bienestar, es más, tras una separación hemos de procurar que la relación mejore, si ello fuera posible. No se trata de cantidad, sino de calidad. Además hemos de ser capaces de llegar a un concenso con la otra parte de la pareja para llevar a cabo una labor educativa conjunta, evitando de ese modo el papel del "padre guay" y la "madre mandona" o viceversa.
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